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sábado, 26 de septiembre de 2015

La agresividad en niños: por qué sucede y qué hacer al respecto



La agresividad en niños: por qué sucede y qué hacer al respecto


Por qué se portan así los niños pequeños


Estás en el parque con tu hijito, y cuando menos te lo imaginas, tu angelito le pega un manotazo al amiguito con el que está jugando. 

Por más que te asombre (a ti y a quienes lo observen) el comportamiento agresivo de tu niño pequeño, es importante que sepas que es parte de su desarrollo normal. Los niños pequeños todavía están desarrollando sus habilidades lingüísticas, tienen un fuerte deseo de hacerse independientes, y a la vez no poseen aún la capacidad de controlar sus impulsos, por eso son tan susceptibles a reaccionar físicamente. 

Un cierto grado de agresiones a través de golpes y mordiscos, es completamente normal, porque los niños que tienen alrededor de 2 años, se enfocan demasiado en ellos mismos. Es normal que el comportamiento de tu niño te avergüence y te preocupe. Sin embargo, eso no significa que estés criando a un niño que será un abusón más adelante. 

Es importante recordarle a tu hijito constantemente que los comportamientos agresivos son inaceptables, y enseñarle otras formas de expresar sus sentimientos. Eso le ayudará a controlar sus impulsos y a convivir con otros.


Qué hacer


Actúa de inmediato. Procura responder inmediatamente siempre que tu hijo se ponga agresivo. No esperes a que le pegue por tercera vez a su hermanito para decirle: "¡Ya basta!" (especialmente cuando le has llamado la atención unas 10 veces en la última hora). Tu niño tiene que saber en seguida que ha hecho algo malo. Apártalo de esa situación conflictiva y castígalo dejándolo solo por unos minutos (a esta edad, unos segundos de castigo pueden ser suficientes). 

La idea es que empiece a asociar su comportamiento a la consecuencia. O sea, se dará cuenta de que si golpea o muerde, termina solito. 

Responde con consecuencias lógicas. Si tu hijo empieza a tirarles arena o juguetes a otros niños en el parque, apártalo, siéntalo a tu lado y explícale que podrá volver a participar cuando esté listo para jugar sin hacer daño a otros niños. 

Mantén la calma. No importa lo enojada que estés, trata de no gritarle, ni pegarle a tu niño. Si le gritas, le pegas o le dices que es un niño malo, en lugar de refrenar su comportamiento, lo único que lograrás es enojarlo más y darle más ejemplos de cómo ser agresivo. Si, por otro lado, tu hijo observa cómo te controlas tú, ese será el primer paso para que aprenda a controlar su propio temperamento. 

Disciplínalo con constancia. Siempre que sea posible, responde a cada episodio de agresividad de la misma forma que lo hiciste la última vez. Al responder de forma predecible ("Has mordido otra vez a Miguel, eso significa que otra vez te tienes que sentar solito"), enfatizas un patrón que tu hijo aprenderá a reconocer y a esperar. Con el tiempo entenderá que siempre que se porta mal lo castigan dejándolo un rato solo. Y no permitas que la vergüenza o el coraje haga que le grites o pierdas el control, cuando tu niñito haga de las suyas en un lugar público. 

Recuerda que tienes que mantener la calma y reaccionar de manera constante y, además, todos los padres han pasado por estas situaciones. Si la gente mira, simplemente di algo como: "No es fácil tener un niño de 2 años", y luego actúa de la manera que consideres más apropiada. 

Enséñale alternativas. Espera a que tu hijito esté más calmado, y háblale tranquilamente sobre lo que acaba de ocurrir. Pídele que te cuente qué pasó (¿Por qué te enojaste tanto con tu amiguito?). Explícale que es natural que se enoje, pero no está bien que lo demuestre pegando, pateando o mordiendo. Anímalo a encontrar una mejor manera de responder a sus sentimientos "con sus palabras" (pero no gritando: "Pedro, ¡me estoy enojando!") o pidiendo a un adulto que le ayude. Otras maneras apropiadas a esta edad para controlar el enojo es pegarle a una almohada o patear una pelota. 

Enséñale a pedir disculpas. Asegúrate que tu niñito entienda que tiene que pedir perdón tras haberle hecho daño a alguien. Si tu niño se niega, tómalo de mano y llévalo a que pida disculpas (incluso está bien si algunas veces eres tú misma, quien tiene que hacerlo por él). Aunque al principio no lo diga con sinceridad, poco a poco irá aprendiendo la lección. A esta edad, los fuertes impulsos de los niños a veces le ganan a su compasión natural, pero con el tiempo se acostumbrará a disculparse siempre que lastime a alguien. 

Recompénsalo por su buen comportamiento. En lugar de darle tu atención solo cuando se comporte mal, procura "pillarlo portándose bien". Cuando le pida a otro niño que le deje subirse un rato al columpio en lugar de empujarlo, elógialo por haber expresado verbalmente lo que quería ("¡Qué bien le pediste que te prestara el columpio!") y, con el tiempo, se dará cuenta del poder de sus palabras. Elógialo cada vez que puedas y pronto se dará lo importante que es el buen comportamiento. Incluso le puedes ofrecer una calcomanía (pegatina) cada vez que te ayude a ordenar su cuarto. 

Limita su tiempo frente a la televisión. Los dibujos animados y otros programas diseñados para niños a menudo contienen muchos gritos, amenazas, empujones, y hasta golpes y puntapiés, a veces presentados como algo cómico. Selecciona de antemano los programas que le permitas ver, especialmente si tu hijito tiene propensión al comportamiento agresivo, y cuando le dejes verlos, siéntate a su lado y haz comentarios sobre las situaciones que se presenten: "Ese niñito tenía que haber pedido prestado el balón en lugar de quitárselo al otro de las manos, ¿no crees?". 

La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP por sus siglas en inglés) recomienda que los niños mayores de 2 vean no más de una a dos horas de televisión diariamente

Proporciónale mucha actividad física. Seguramente te darás cuenta de que cuando tu niño no tiene la oportunidad de gastar su energía fuera de la casa, se vuelve un verdadero terror dentro de ella. Si tienes un niñito muy activo, permítele que corra, salte, haga volteretas o juegue a la pelota. Procura que estas actividades sean al aire libre, para que pueda gastar un poco de toda esa energía. 

No temas buscar ayuda. A veces el coraje excesivo de los niños requiere más acción que la disciplina de los padres. Si tu niño parece comportarse agresivamente la mayor parte del tiempo, si parece asustar o molestar a otros niños, o si tus intentos de aliviar la situación no parecen tener mucho efecto, habla con el médico de tu hijito, quien te podría recomendar a un consejero o psicólogo infantil. Juntos podrán determinar la base del problema y ayudar a solucionarlo. 

Recuerda que tu hijo es todavía muy pequeño. Si procuras ayudarlo con paciencia y creatividad, es probable que pronto lo único que quede de sus tendencias combativas sea el recuerdo. 



JUEGOS DE PSICOMOTRICIDAD

Juegos de Motricidad gruesa para niños en edad preescolar

El juego activo ayuda a los niños a desarrollar las habilidades motoras gruesas, como correr. En edad preescolar, es decir, entre los 3 y los 5 años, los niños necesitan oportunidades para la actividad física. El juego activo, también a esta edad, es importante para una buena salud y para el desarrollo de habilidades de motricidad gruesa.
Para los niños en edad preescolar, el desarrollo de las habilidades motoras gruesas es fundamental para el aprendizaje motor y para el uso de los músculos grandes de sus piernas, brazos y tronco para correr, saltar, lanzar, atrapar, sacar, etc. 
Los niños en edad preescolar también están trabajando en las habilidades motoras finas, las cuales son cruciales para tareas importantes que se vendrán más adelante, como el aprendizaje de la escritura. Pero no podemos olvidarnos de la motricidad gruesa de los niños a partir de los tres años. En la escuela, cada vez más desarrollarán tareas “de papel y lápiz” y de “manualidades”. Y, a medida que se hagan mayores, las tareas y actividades dirigidas de motricidad gruesa irán disminuyendo. Por lo tanto, es muy importante darle a los niños de esta edad todas las oportuniades posibles para desarrollar la motricidad gruesa.

Actividades para niños en edad preescolar para desarrollar habilidades motoras gruesas

Bailar

Bailar es una actividad muy divertida para los niños, tanto si se trata de baile libre como de coreografías o, mucho mejor, de “canciones con baile”. Bailar en casa o llevar al niño a alguan actividad extraescolar o de tiempo libre adecuada a su edad es una buena manera de que bailen.

Caminar

Caminar con los niños es mucho más lento, por eso muchas veces optamos por la silla de paseo o el coche para desplazarmos. Pero es fundamental que el niño se mueva, que camine todo lo que pueda. Hacer excursiones, salir a hacer cosas con un adulto, pasear por la calle … todo esto es necesario para que camine y para que vaya cogiendo velocidad y resistencia.
Ir al parque
En el parque los niños encontrarán muchas oportunidades para moverse y relacionarse con otros niños. Podrán correr, saltar, colgarse, deslizarse, trepar, impulsarse en los columpios, etc. En el parque también aprenderán a caerse y le perderán el miedo a subirse a diferentes sitios, con lo que ganarán seguridad en sí mismos.

Natación y juegos de agua

Nadar es un gran ejercicio. Además, que un niño sepa nadar nos dará cierta tranquilidad cuando vayamos a un lugar con piscina, con río, a la playa, etc. Con la natación se desarrolla todo el cuerpo y es un gran ejercicio de coordinación.

Juegos de equilibrio

Los juegos de equilibrio son muy importantes para el desarrollo psicomotor del niño. Caminar sobre una cuerda tendida en el suelo o juegos “a la pata coja” son muy importantes para su desarrollo. En la calle, se pueden hacer pequeños juegos de equilibrio en muros bajos, bancos, etc., con la ayuda y la supervisión de un adulto. No te preocupes por buscar dónde hacerlos: los niños hacen equilibrios de forma natural en cualquier parte.

Triciclos y bicicletas

Montar en triciclo, bicicletas con ruedines o sin pedales, etc., ayudará a los niños a moverse, a aprender a coordinar y a desarrollar el equilibrio.

Pistas de obstáculos

Las pistas de obstáculos se pueden hacer con cualuqier cosa y en cualquier sitio. Lo imnportante es que el niño tenga que desplazarse de diferentes formas, agacharse, saltar, reptar y pensar por dónde tiene que ir y qué tiene que hacer para pasar .

Juegos con pelotas

Un niño con una pelota es un niño feliz. Y adulto también. Con las pelotas se pueden hacer muchas cosas y aprender muchísimas habilidades: lanzar, atrapar, correr, patear, esquivar…

LONCHERA NUTRITIVA


¿Qué es una lonchera nutritiva?

Una lonchera nutritiva es el refuerzo que ayuda al niño a cubrir sus necesidades y mejorar su rendimiento escolar.

Los alimentos que se incluyen en la lonchera ayudan al crecimiento y son fuente de energía para poder realizar las diferentes actividades (estudiar, jugar, practicar deportes, etc.)

¿Qué Característica debe tener una lonchera nutritiva?

  • La lonchera debe ser agradable y de fácil digestión
  • No debe reemplazar al desayuno ni al almuerzo.
  • Esta debe ser variada, apetitosa y de fácil preparación, al igual debe proporcionar al organismo parte de las sustancias nutritivas del día.
  • En lo posible tratar de evitar incluir alimentos de rápida descomposición (leche fresca, jugos fermentables, etc.)
  • Una lonchera tiene que ser económica y de ser posible extraída del menú familiar.
¿Por qué se debe llevar una lonchera nutritiva?
  • Porque ayuda a cubrir las necesidades nutricionales
  • Porque el niño está en pleno crecimiento
  • Porque el niño necesita estar atento y concentrado durante las clases.
  • Cuando el niño juega hay desgaste de energía.
  • Su consumo mejora el rendimiento escolar.
¿Qué alimentos debe contener una lonchera nutritiva?
Grupos de alimentos necesarios que no deben faltar en una lonchera

  1. Energéticos:  Te dan energía
    Pan, galletas, bizcochos, queques caseros, cereales listos para comer (kiwicha, quinua, trigo), cancha, soya, habas, choclo, papa, camote, mantequilla, mermelada, manjar, aceitunas, etc.
  2. Formadores: Te permiten crecer
    Pollo, pescados, jamón, atún, hígado, carnes, sangrecita, huevo, queso, yogurt, leche chocolatada y algunos embutidos en forma moderada.
  3. Protectores: Te protegen
    Zanahoria, lechuga, espinaca, acelga, apio, limón, cebolla, tomate, carambola, plátano, mandarina, manzana, maracuyá, mango, naranja, piña, papaya, melocotón, pera, uvas, melón, membrillo, lúcuma, tuna, tumbo, etc.

¿Cuanto deben contener?Pequeñas porciones para ser consumidas en poco tiempo (Tener en cuenta la capacidad gástrica del niño)

  • Pueden aumentarse según el requerimiento de cada niño.
  • Se debe tener en cuenta también la cantidad y la calidad de los alimentos que desayunó el niño.
Recomendaciones Generales
  • Contener por lo menos un alimento de cada grupo.
  • Enviar una bebida o agua para sustituir pérdidas por deshidratación.
  • Evitar alimentos que puedan fermentarse (leche fresca, algunos jugos de frutas, etc.)
  • Recomendar al niño la importancia del lavado de manos antes de consumir su lonchera.
  • Llevar dentro de la lonchera recipientes prácticos, limpios y seguros.
  • Llevar una servilleta de papel o tela para colocar los alimentos.
  • Masticar bien y con calma.
  • Evitar consumo de golosinas y dulces  (disminuyen el apetito y no son nutritivos).
  • Evitar snacks (papitas, chizitos, doritos, etc.) que son productos que causan sensación de saciedad por su alto contenido de sal y grasa
  • Cepillarse los dientes después de consumir la lonchera.
Consejos
  • La lonchera debe lavarse todos los días.
  • Elegir y combinar adecuadamente los alimentos.
  • No dejarse influenciar y sugestionar por la propaganda que solo busca vender alimentos poco nutritivos.
  • Evitar el consumo de alimentos que contengan aditivos y preservantes
Ejemplos de Loncheras Nutritivas
  1. 1 agua natural
    1 manzana
    1 yogurt
    1 paquete de galletas de vainilla
    1 agua natural
    1 plátano
    1 sándwich de jamón
  2. 1 agua natural
    Leche chocolatada
    1 pan con queso
  3. 1 agua natural
    Galletas de avena
    Mango picado
    1 yogurt
  4. 1 agua natural
    Corn flakes
    Yogurt
    1 pera
  5. 1 agua natural
    Queque ingles
    1 mandarina
    1 yogurt
  6. 1 agua natural
    1 manzana
    1 triple
  7. 1 agua natural
    1 durazno
    1 pan con queso y jamón








La educación inicial

Hoy en día  necesitamos personas capaces de poder cambiar las cosas, docentes con mucha dedicación con nuevas ideas y no docentes que se ven detrás de un pupitre dando las mismas enseñanzas, sino innovando cada día poner nuevas estrategias para que nuestros alumnos salgan con nuevos conocimientos.

Segun Piaget: "El objetivo principal de la educación  es crear personas capaces de hacer cosas nuevas, y no simplemente repetir lo que otras generaciones hicieron"
                                                                                    

ENSEÑAR HÁBITOS DE AUTONOMÍA



ENSEÑAR HÁBITOS DE AUTONOMÍA


¿Por qué es importante?
  • El desarrollo de la autonomía personal es un objetivo prioritario en la educación de un niño. Un niño autónomo es aquel que es capaz de realizar por sí mismo aquellas tareas y actividades propias de los niños de su edad y de su entorno socio cultural.
  • Un niño poco autónomo es un niño dependiente, que requiere ayuda continua, con poca iniciativa, de alguna manera sobre protegido.
  • Los niños con pocos hábitos de autonomía, generalmente presentan problemas de aprendizaje y de relación con los demás. De ahí la importancia de su desarrollo: normalmente cuando progresan en este aspecto, también lo hacen en su aprendizaje y relación con los demás

¿Qué hábitos enseñar?
Como norma general todo aquello que el niño pueda hacer solo, siempre que no entrañe peligro, debe hacerlo él mismo. También es válido como criterio enseñar aquellos hábitos que tienen adquiridos la mayoría de niños de una edad.
Como guía, pueden servir los siguientes hábitos que están expuestos de menos a más en distintas áreas:
  • Higiene: Todo lo referido a la higiene y autocuidado personal: por ejemplo: control de esfínteres, lavarse las manos sólo, cepillado de dientes, el baño, lavarse la cabeza, peinarse, usar los productos de higiene?
  • Vestido: Todo lo que se refiere al uso de las prendas y su cuidado: ponerse distintas prendas (pantalones, calcetines, abrigos, zapatos, cremalleras, botones?), guardarlas en el lugar adecuado, elegir la propia indumentaria.
                        ENSEÑAR AUTONOMÍA TDAH
  • Comida: Relacionado con la conducta alimentaria: Comer solo, uso de los distintos instrumentos, respetar unas normas básicas de educación en la mesa, prepararse una merienda?
  • Vida en sociedad y en el hogar: Son hábitos referentes a la relación con los demás, el uso de algunos servicios comunitarios y la conducta en el hogar: van desde saludar a la gente conocida, escuchar, pedir por favor y dar las gracias; respetar turnos en juegos, pedir prestado, conocer los lugares para cruzar la calle, evitar peligros (enchufes, productos tóxicos), ordenar sus pertenencias, usar el teléfono, comprar, usar el transporte público o disfrutar de servicios de ocio (ir al cine).
¿Cómo se enseña?
La mayoría de los niños funcionan muy bien con rutinas, luego lo ideal será conseguir que esos hábitos se conviertan en rutinarios. Con una práctica adecuada, los hábitos se adquieren de 20 a 30 días.
1º Decidir qué levamos a exigir y preparar lo necesario
  • Lo primero es decidir lo que razonadamente le vamos a exigir, evitando pensamientos como: "prefiero hacerlo yo, lo hago antes y mejor". Comenzar cuanto antes.
  • Que le exijamos algo adecuado a su edad.
  • Hacedlo siempre y en todo lugar: todos los días.
  • Todos a una: no vale: "con papá tengo que hacerlo, pero con mamá no".
  • Preparad lo necesario: si le vamos a exigir guardar sus juguetes, hay que prepararle un lugar adecuado.
2º Explicarle qué tiene que hacer como
  • Hay que explicarle muy clarito y con pocas palabras qué es lo que queremos que haga, dándole seguridad: "Desde hoy vas a ser un chico mayor y te vas a lavar la cabeza tú solito, sé que lo vas a hacer muy bien".
  • Enseñadle realizándolo vosotros primero.
  • Pensad en voz alta mientras lo hacéis: "Primero me mojo bien la cabeza, después me echo un poco de champú en la mano?"
  • Aseguraos de que comprende las instrucciones: pedidle que os la repita.
3º Practicar
  • Ponedlo a practicar. Al principio hay que ofrecedle muchas ocasiones de práctica.
  • Recordadle los pasos de lo que tiene que hacer: "Primero mojarte la cabeza, después el champú?"
  • Elogiadle los primeros avances.
  • Poco a poco disminuir la ayuda.
  • Las prisas no son buenas: preparad el tiempo necesario, al menos al principio.
4º Supervisar
  • Hay que revisar cómo va realizando lo que se le encomienda. Si un niño está aprendiendo a peinarse tenemos que revisar que ha quedado bien.
  • Elogiar y valorar su realización. Si no está del todo bien, decidle en qué puede mejorar.
Y si no quiere
  • Valorar si no quiere porque no está a su alcance o por comodidad.
  • Por lo general si se lo ofrecemos como un privilegio ("Ya eres mayor?") lo aceptará mejor que si lo hacemos como un mandato sin más.
  • Si no lo hace por comodidad, decidle que ya es mayor, que debe hacerlo por sí sólo e ignorar las quejas.
  • Si todavía se sigue negando podéis adoptar varias medidas: sufrir las consecuencias (por ejemplo si no quiere prepararse la merienda), retirarle algún privilegio (algún juguete o actividad) o utilizar la sobrecorrección: practicar y practicar la conducta adecuada.

FUENTE: JUNTA DE EXTREMADURA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN CIENCIA Y TECNOLOGÍA